Si repaso otras películas de las que he comentado por aquí, seguro que tendrían mucho en común con esta película de John Farrow, "Where danger lives", que me ha hechizado: aquí vuelve a repetirse la fórmula del personaje (en este caso interpretado por Robert Mitchum) fragmentado y obligado a entrar de la noche a la mañana en un mundo de pesadilla, una especie de viaje a los infiernos o un viaje en sueños.
“Where danger lives” es un típico film noir de la época; está inmaculadamente fotografiado (Nicholas Musuraca de nuevo), magníficamente interpretado por dos actores por los que siempre he sentido una especial debilidad, Robert Mitchum y Faith Domergue, y dirigido por John Farrow con una sutilidad prodigiosa: es fascinante poder ir disfrutando de ciertos planos y ángulos de cámara que nos remiten continuamente al estado mental de sus personajes. El argumento es también una formula que hemos visto repetirse y otra vez en el cine negro: la femme fatale que engulle poco a poco al pobre hombre decente y lo aparta de su vida perfectamente establecida. Sin embargo, este tópico argumental tantas veces visto, se ve interrumpido por ciertos elementos que a mi me parecen ciertamente arriesgados: un toque bizarro y surreal, que van convirtiendo esta película poco a poco en una experiencia diferente.
Jeff Cameron (Robert Mitchum) lleva una vida perfectamente organizada y rutinaria como médico en un hospital hasta que una noche tiene que tratar de urgencia a una mujer tras un intento de suicidio. Ella es la frágil Margo Lannington (Faith Domergue). Desde el comienzo Jeff se siente obsesivamente atraído por ella, a pesar de que Margo le ha mentido en dos ocasiones: primero con su nombre y por segunda vez, cuando descubre que quien creía que era su padre, resulta ser su mucho mayor y algo sádico marido, Frederick Lannington (magnifico aquí, Claude Rains). Lannington resulta muerto en una accidente pero antes de caer ha tenido tiempo de golpear con un atizador a Jeff. La pareja protagonista a partir de aquí emprende su huida. Hasta aquí, es un típico noir de los de toda la vida...
A partir del momento del accidente, “Where danger lives” se convierte en una road movie medio salvaje, bizarra y claustrofóbica, y el mayor atractivo viene del estado mental del personaje de Robert Mitchum. Jeff Cameron ha emprendido su huida con una conmoción cerebral que le había producido el golpe con el atizador. La huida de la pareja es extraña y atípica, porque la conmoción de Jeff le hace pasarse la mayor parte de la película mareado y desorientado, con continuos dolores de cabeza y a punto de desmayarse. Este estado físico en continua descomposición le hace ver su entorno desenfocado y cuando sus fuerzas flaquean, es Margo quien quiere tomar el control de la situación. El mundo que recorren es también extraño y algo bizarro (me recordó en cierta forma los mundos de David Lynch) y es muy atractivo el hecho de que el espectador no termina nunca de estar seguro de hasta que punto, no sabemos o no podemos estar seguros, si esos extraños personajes que Jeff y Margo van conociendo “on the road”, son así realmente o solo el producto del estado mental de Jeff.
Y como he comentado anteriormente otro de los atractivos de esta joya del cine negro es poder disfrutar con el paralelismo que Farrow establece entre la desfragmentacion del personaje de Mitchum y los encuadres de la cámara: en la primera parte antes de emprender la huida todos son espacios amplios y encuadres muy definidos, y a medida que el personaje de Mitchum se va debilitando física y emocionalmente, los encuadres se van volviendo mas claustrofóbicos y cerrados.
A Faith Domergue la he visto en pocas películas sin embargo es una actriz que me gusta y me parece una pena que su conflictiva relación con Howard Hughes ensombreciera su carrera artística. En “Where danger lives” comparte la mayoría de los planos con Mitchum y me parece magnifica, en un personaje lleno de matices, vulnerable y fuerte al mismo tiempo, con sus luces y sus sombras. Magistral joya del cine negro esta “Where danger lives”.